"Y diré las palabras que se dicen, y comeré las cosas que se comen, y soñaré las cosas que se sueñan, y sé muy bien que no estarás."
martes
El adiós final
el desolado intento de aferrarse a sus logros en vida.
Ella, que no golpeó a su puerta,
Ella cuya llegada atormenta.
Aliada del infierno. Solitaria mas pacíficamente embrujada.
Camina por el Mundo terrenal, tan silenciosa cual serpiente reptando.
Y él, se ahoga en su propio terror,
de sólo ver a aquella encapuchada figura.
Una calavera que flota en aire,
vertiendo su poder sobre caminos humanos.
El encuentro no se atrasa,
y la caprichosa anciana le regala el beso vacío de la muerte,
y aquel desgraciado suspira en su estupor,
recordando las cosas que no pudieron jamás ser.Sea una diosa turbia de la oscuridad,
o la ninfa plateada de los sueños
Que en mi vigilia inoportuna,
no permite que abandone este mundo pérfido e irracional.
Abrasándome en mi miseria,
en el sufrimiento que provoca aquel terror,
helándome con el iluso deseo de reencontrarme con mi amada Leonor
Cuando sobre la tierra sólo resta su carne corrupta,
ya despojada de su esencia.
Me habla en sueños,
respira dejando su aliento cálido sobre mi piel, Leonor.
Prefiero morir, sólo por la insensata creencia
de que puedo volver a sus brazos.
Nunca más sus pensamientos se confundirán con los míos
fusionando así nuestro altruismo.
La noche cae con armoniosa excelsitud,
mezclándose con mis metáforas inconclusas,
advirtiendo en mi alma ebria de dolor
un plan que burle mi destino.
Y el repetido y cruel Nunca más acaricia mi interior
como un veneno calcinante.
Permitiéndome arrojar mi congoja
a las llamas magnificentes de la tempestad.
(transtextualidad, El cuervo de Edgar Allan Poe)Metamorfosis
El cazador soberano sobre aquel Infierno verde
esparcía su maldad, su peligrosa moral
en ese íntimo universo
donde ni dioses ni héroes osaban entrar.
El poder de los sentidos le marcaban un circuito
mientras los halcones hacían sus rituales
en los límites celestes.
La flora, una pesadilla lúdica difícil de eludir,
y su aliada la fauna
que a cualquier arcángel apasiona
lo observaban en su feroz andar.
El Gran mamífero, maestro de la valentía
daba muerte a sus víctimas
cuando en su huída
el idéntico miedo los hacía entorpecer
y encontrar sus tumbas
atrapados en el interior de sus garras.
No era tragedia
era la realidad de aquel paraíso terrenal.
Con gracia reinaba
con encanto monárquico alzaba su voz.
Pero luego, aquella metamorfosis
en donde intrusos dueños del pensamiento
llegaron a ejercer su trono.
Destruyeron la paz de los clones
revelaron sus secretos que creyeron descubrir
y construyeron telarañas en su arte natural.
Con lasa guerras marcaron su destino.
Los anfitriones, en su incertidumbre
sin ilusión ni batalla
buscaron refugio del temblor y la extinción.
Y el rey, cayendo en su debilidad
abandonó su aventura
violado por el genio del nuevo depredador.
lunes
Estudio para el cosechador
Despertaba en la madrugada, para cumplir con su deber.
No había cansancio, ni hambre o sed.
El trabajo de aquel que ara la tierra es dedicar su vida a un eterno amanecer,
sin ausencias o compañías.
Desde pequeño había crecido entre frutos y hortalizas
y sus músculos fuertes se debían a la cosecha vespertina.
Amigo de las lluvias. Amante del sol.
Como un espantapájaros de carne y labor
que arranca hierbajos en soledad.
Aparentaba no conocer más que el limpio verdor,
cuando sabía que la hiedra crecía sana y fuerte
El viejo
El viejo
Regalando miradas al espacio vacío de su desconcierto
¿Cómo perdió sus años de juventud?
Volando, desapareciendo, dejando a la intemperie
su cuerpo y su alma.
Sólo recuerdos se distinguen en la negrura ocasional de sus pensamientos.
Aquellos días que pasó con su amada soledad,
son ahora la causa de su arrepentimiento.
Arrugas dibujadas en los ojos ya gastados de tanto admirar.
Maldice sus huesos débiles, que no van en armonía con su espíritu
ágil y lleno de energías.
Y su último aliento, es dedicado a sus incógnitas.
Así lo roba el viento,
llevándolo hacia la resplandeciente inmensidad.