El viejo
Regalando miradas al espacio vacío de su desconcierto
¿Cómo perdió sus años de juventud?
Volando, desapareciendo, dejando a la intemperie
su cuerpo y su alma.
Sólo recuerdos se distinguen en la negrura ocasional de sus pensamientos.
Aquellos días que pasó con su amada soledad,
son ahora la causa de su arrepentimiento.
Arrugas dibujadas en los ojos ya gastados de tanto admirar.
Maldice sus huesos débiles, que no van en armonía con su espíritu
ágil y lleno de energías.
Y su último aliento, es dedicado a sus incógnitas.
Así lo roba el viento,
llevándolo hacia la resplandeciente inmensidad.
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