Entre las cosas más irrisorias de la humanidad está Alicia en el país de las Maravillas, será por eso que resulta una historia tan poco encasillable por decirlo en cierta forma. La historia de un sueño, el sueño en una historia, y tantas variedades y versiones. Ayer mismo estaban dando una versión en que Alicia era Kate Beckinsale y viajaba en tren (?) Pero la versión más ridícula con la cual me encontré fue un domingo a las cinco de la madrugada (en lo de Daiana comiendo pastafrola de batata y tomando mates) en el canal Volver, en el que el gato de Cheshire era una persona disfrazada, y los personajes hablaban en ese tonito raro típico de las películas argentinas de los 80/90, nunca me voy a olvidar, y nunca me voy a cansar de leerlo.
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